viernes, 23 de septiembre de 2011

ONFALITIS


Son frecuentes las onfalitis del lactante con la posibilidad de graves complicaciones por invasión, a través de la vena umbilical, alcanzando a la vena porta (pileflebitis).  Se producen por contaminación del cordón umbilical, casi siempre por estreptococo hemolítico y estafilococo dorado.

La onfalitis o infección umbilical del recién nacido suele provocar una supuración por el ombligo. Se produce rara vez (en un 0.7% de los recién nacidos en países desarrollados y hasta un 2.3% en países en desarrollo), pero es potencialmente peligrosa. Para prevenirla se debe desinfectar bien el ombligo.
El primer signo es que éste huela mal. Si el cordón umbilical está anormalmente húmedo, con secreciones purulentas o turbias y huele “a podrido”, hay que consultar de inmediato al pediatra. También se produce eritema umbilical, enrojecimientos alrededor del ombligo y edema. La edad promedio de presentación es el tercer día de vida.
Las onfalitis pueden ser extremadamente graves, dado la permeabilidad de los vasos umbilicales que persiste hasta aproximadamente los 20 días de vida. En los casos más severos se suman a los síntomas la fiebre y signos de toxicidad.
En cuanto al tratamiento, siempre será prescrito por el especialista. Los casos más leves pueden ser tratados con preparados tópicos, y en los más graves el tratamiento debe ser agresivo con antibióticos endovenosos.
Se han descrito como factores de riesgo para padecer onfalitis el bajo peso de nacimiento, un trabajo de parto prolongado, la ruptura prematura de membranas y el sexo masculino.

Para que durante el proceso de secado del cordón no se infecte, lo más importante es mantenerlo siempre lo más limpio y seco posible, impidiendo que se ensucie con las heces o la orina. Tras la caída del cordón, el riesgo de infección persiste hasta que el ombligo no haya cicatrizado completamente, por lo que se debe seguir con los mismos cuidados y vigilancia hasta que la gasa que lo cubre aparezca limpia durante un par de días seguidos.
Recordemos que el buen cuidado del cordón umbilical es lo que previene esta infección del ombligo u onfalitis.

En el adulto, predominan las infecciones crónicas: ombligo enrojecido, caliente, maloliente y edematoso, por el fluye un exudado y, en ocasiones pus. Casi siempre, estas onfalitis crónicas del adulto son debidas a una higiene defectuosa, aunque cabe la posibilidad de que una fístula ciega condicione la acumulación de suciedad y gérmenes. El tratamiento  de la onfalitis del adulto requiere cuidados higiénicos (aplicación de compresas calientes de solución de ácido bórico), y la administración parenteral de penicilina G. Si llega a constituirse un absceso, será necesaria la incisión y el drenaje. En algunas onfalitis crónicas recidivantes, ha de recurrirse a la exéresis del ombligo (onfalectomía).


Bibliografía:
- Cirugía: fundamentos, indicaciones y opciones técnicas,  Nuñez Bartolome María Reyes.
- http://www.bebesymas.com/recien-nacido/onfalitis-o-infeccion-del-ombligo-del-recien-nacido




No hay comentarios:

Publicar un comentario