miércoles, 7 de septiembre de 2011

Hipertensión Arterial.

La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a través del cuerpo.
La hipertensión arterial, el término médico para la presión arterial alta, es conocida como «la muerte silenciosa». Sin tratamiento, la presión arterial alta aumenta apreciablemente el riesgo de un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral).
El corazón bombea sangre a través de una red de arterias, venas y capilares. La sangre en movimiento empuja contra las paredes de las arterias y esta fuerza se mide como presión arterial.

La presión arterial alta es ocasionada por un estrechamiento de unas arterias muy pequeñas denominadas «arteriolas» que regulan el flujo sanguíneo en el organismo. A medida que estas arteriolas se estrechan (o contraen), el corazón tiene que esforzarse más por bombear la sangre a través de un espacio más reducido, y la presión dentro de los vasos sanguíneos aumenta.

La hipertensión puede afectar a la salud de cuatro maneras principales:
·         Endurecimiento de las arterias: La presión dentro de las arterias puede aumentar el grosor de los músculos que tapizan las paredes de las arterias. Este aumento del grosor hace más estrechas las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, puede producir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.

·         Agrandamiento del corazón:  La hipertensión obliga al corazón a trabajar con más intensidad. Como todo músculo muy usado, el corazón aumenta de tamaño. Cuanto más grande es el corazón, menos capaz es de mantener el flujo sanguíneo adecuado. Cuando esto sucede, uno se siente débil y cansado y no puede hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. El corazón ha comenzado a fallar ante el esfuerzo. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.

·         Daño renal: La hipertensión prolongada puede dañar los riñones si las arterias que los riegan se ven afectadas.

·         Daño ocular: En los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina «retinopatía» y puede causar ceguera.

Alrededor del 90 al 95 por ciento de todos los casos de presión arterial alta constituyen lo que se denomina hipertensión primaria o esencial. Esto significa que se desconoce la verdadera causa de la presión arterial alta, pero existen diversos factores relacionados con la enfermedad. El riesgo de sufrir de hipertensión es mayor si la persona:

·         Tiene antecedentes familiares de hipertensión.
·       Es afroamericana. Los afroamericanos tienen una mayor incidencia de hipertensión arterial que los blancos, y la enfermedad suele aparecer a menor edad y ser más grave.
·         Es hombre. En las mujeres el riesgo es mayor después de los 55 años.
·         Tiene más de 60 años. Los vasos sanguíneos se debilitan con los años y pierden su elasticidad.
·         Se enfrenta a niveles altos de estrés. Según algunos estudios, el estrés, la ira, la hostilidad y otras características de la personalidad contribuyen a la hipertensión, pero los resultados no han sido siempre uniformes. Los factores emocionales muy probablemente contribuyan al riesgo de ciertas personas que presentan otros factores de riesgo de hipertensión.
·        Sufre de sobrepeso u obesidad.
·         Usa productos de tabaco. El cigarrillo daña los vasos sanguíneos.
·         Usa anticonceptivos orales. Las mujeres que fuman y usan anticonceptivos orales aumentan considerablemente su riesgo.
·         Lleva una alimentación alta en grasas saturadas.
·         Lleva una alimentación alta en sodio (sal).
·         Bebe más de una cantidad moderada de alcohol. Según los expertos, el consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres. Una bebida se define como 1,5 onzas líquidas (44 ml) de bebidas espirituosas de una graduación alcohólica de 40° (80 proof) (p. ej. whisky americano o escocés, vodka, ginebra, etc.), 1 onza líquida (30 ml) de bebidas espirituosas de una graduación alcohólica de 50° (100 proof), 4 onzas líquidas (118 ml) de vino o 12 onzas líquidas (355 ml) de cerveza.
·         Es físicamente inactiva.
·         Es diabética.

Los investigadores también han descubierto un gen que parece estar vinculado a la hipertensión. El hecho de tener el gen no significa que una persona o sus hijos definitivamente sufrirán de presión arterial alta. Pero significa que tendrán una mayor probabilidad de padecerla, por lo cual es importante que se controlen la presión arterial con regularidad.

La revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ relata el último de estos hallazgos de 2008, protagonizado por la hipertensión arterial (HTA), un importante factor de riesgo cardiovascular que afecta a uno de cada cuatro adultos en EEUU. Situado en el brazo largo del cromosoma 2, el gen STK39 parece estar relacionado con la hipertensión arterial, según un equipo de investigadores de la Universidad de Maryland (Estados Unidos). El descubrimiento ha sido posible gracias al análisis del genoma de 542 individuos pertenecientes a una comunidad Amish.
Cuando descubrieron que en esa parte del genoma está el gen que contiene la información para sintetizar SPAK, una proteína relacionada con la concentración de sal del organismo, supieron que habían acertado. Para confirmar estos resultados, llevaron a cabo un análisis similar en otro grupo de Amish y en otros cuatro de caucásicos de origen europeo y estadounidense.

SPAK interactúa con otras moléculas implicadas en el transporte de iones sodio, cloro y potasio, cumpliendo una importante función en el control del transporte de sal para regular el equilibrio osmótico celular y la excreción de sal a nivel renal (está muy presente en los túbulos colectores corticales de las nefronas). Si el transporte de sodio se altera y su concentración sanguínea aumenta, se eleva también la tensión arterial, lo que sucede con algunas variantes de STK39, presentes en alrededor del 20% de la población, según los autores.

Tanto SPAK como STK39 son buenos candidatos para el desarrollo de nuevas terapias. "Este descubrimiento tiene un gran potencial para mejorar nuestra capacidad para diseñar tratamientos personalizados y para manejar mejor a estos pacientes", ha señalado Yen-Pei Christy Chang, profesora de epidemiología y medicina preventiva de la universidad: Universidad de Maryland (Estados Unidos).
El 5 a 10 por ciento restante de los pacientes con presión arterial alta sufren de lo que se denomina hipertensión secundaria. Esto significa que la presión arterial alta es causada por otra enfermedad o afección. Muchos casos de hipertensión secundaria son ocasionados por trastornos renales. Los siguientes son otros factores que pueden causar hipertensión secundaria:

·         Alteraciones de las glándulas paratiroides.
·         Acromegalia, que es cuando la glándula pituitaria produce un exceso de hormona del crecimiento.
·         Tumores en las glándulas suprarrenales o pituitaria.
·         Reacciones a medicamentos recetados para otros problemas médicos.
·         Embarazo.

Síntomas:

La mayoría de las personas que sufren de hipertensión generalmente no presentan síntomas. En algunos casos, pueden sentirse palpitaciones en la cabeza o el pecho, mareos y otros síntomas físicos. Cuando no hay síntomas de advertencia, la enfermedad puede pasar desapercibida durante muchos años.

Diagnóstico:

Para saber si se sufre de hipertensión es necesario consultar al médico. Realizara un examen médico general que incluya una evaluación de los antecedentes familiares. El médico tomará varias lecturas de presión arterial por medio de un instrumento denominado “esfigmomanómetro” y realizará algunos estudios de rutina.

El médico también puede utilizar un “oftalmoscopio” para examinar los vasos sanguíneos de los ojos y determinar si ha habido algún engrosamiento, estrechamiento o ruptura, lo cual puede ser un indicio de presión arterial alta. Empleará además un estetoscopio para escuchar los ruidos del corazón y del flujo sanguíneo por las arterias. En algunos casos puede ser necesario realizar una radiografía de tórax y un electrocardiograma.

Lecturas de presión arterial:

Las lecturas de presión arterial miden las dos partes de la presión: la presión sistólica y la presión diastólica. La presión sistólica: es la fuerza del flujo sanguíneo por una arteria al latir el corazón.
La presión diastólica: es la fuerza del flujo sanguíneo dentro de los vasos sanguíneos cuando el corazón descansa entre un latido y otro.

Una lectura de presión arterial mide tanto la fuerza sistólica como la diastólica, anotándose la sistólica en primer lugar. Las cifras indican la presión en unidades de milímetros de mercurio (mm Hg), es decir, la altura a la cual la presión dentro de las arterias podría elevar una columna de mercurio. Por ejemplo, una lectura de 120/80 mm Hg significa que la presión sistólica es de 120 mm Hg y la diastólica es de 80 mm Hg.

La mayoría de los médicos no hacen un diagnóstico definitivo de hipertensión hasta no haber medido la presión arterial varias veces (un mínimo de 2 lecturas en 3 días diferentes). Algunos les piden a los pacientes que utilicen un aparato portátil que mide la presión arterial durante varios días seguidos. Este aparato puede ayudar al médico a determinar si un paciente sufre verdaderamente de hipertensión o sólo de lo que se denomina “hipertensión de consultorio”. La hipertensión de consultorio es cuando la presión arterial de un paciente se eleva durante una visita al médico pero no en circunstancias normales. Aunque los médicos no entienden exactamente qué causa la hipertensión de consultorio, la ansiedad y el estrés posiblemente sean factores contribuyentes.

Según las nuevas pautas publicadas por el Instituto Nacional de los Pulmones, el Corazón y la Sangre de los Estados Unidos (NHLBI) en el año 2003, una lectura inferior a 120/80 mm Hg ahora se considera presión arterial normal. Una presión arterial de entre 120/80 y 139/89 (que antes se consideraba normal) ahora se clasifica dentro de una categoría denominada "prehipertensión". Según el NHLBI, aproximadamente 45 millones de estadounidenses estarían comprendidos en esta categoría, lo cual significa que tienen el doble de riesgo de sufrir presión arterial alta en el futuro.
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Tabla de clasificación de presión arterial
Categoría
Sistólica (mm Hg)
Diastólica (mm Hg)
Normal
Inferior a 120
Inferior a 80
Prehipertensión
120-139
80-89

Hipertensión
Grado 1
140-159
90-99
Grado 2
160 o más
100 o más
Adaptada de The Seventh Report on the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure (JNCT), Publicación NIH N.° 03-5233, mayo 2003.
La tabla de clasificación se basa en adultos mayores de 18 años que no
toman medicamentos para la hipertensión ni están gravemente enfermos.
Si las cifras de presión sistólica y diastólica correspondieran a diferentes
clasificaciones, deberá seleccionarse la categoría superior para clasificar
la presión arterial de la persona.

Tratamiento:
El primer plan de acción generalmente implica una modificación del estilo de vida, especialmente para personas prehipertensivas.
·         Llevar una alimentación baja en grasas y sal.
·         Reducir el peso excesivo.
·         Comenzar un programa de ejercicio físico regular.
·         Aprender a controlar el estrés.
·         Dejar de fumar.
·         Moderar o suprimir el consumo de alcohol. Recuerde que un consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres.
·         Controlar la apnea obstructiva del sueño (AOS), si la padece. Muchos pacientes que controlan su AOS también observan pequeñas disminuciones en la presión arterial.

Si estos cambios no ayudan a controlar la presión arterial dentro de 3 a 6 meses, la enfermedad puede tratarse con medicamentos. Los diuréticos ayudan a eliminar agua y sodio del organismo. Los inhibidores de la ECA bloquean la enzima que eleva la presión arterial. Otros tipos de medicamentos, como los betabloqueantes, los bloqueantes cálcicos y otros vasodilatadores, tienen efectos diferentes, pero en general ayudan a relajar y dilatar los vasos sanguíneos y a reducir la presión dentro de ellos.

Bibliografía:
http://texasheart.org/HIC/Topics_Esp/Cond/hbp_span.cfm
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/12/29/corazon/1230579699.html

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